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Desborde emocional, cómo equilibrar la salud mental de madres e hijos


07 de mayo 2021

Ser mamá en épocas de pandemia no es, precisamente, miel sobre hojuelas. Eso quiso ilustrar la psicóloga Macarena Jordán (@macatan) en un video donde se ve a una madre pidiéndole a su hijo que se bañe. Se lo dice una, dos, tres veces y no contesta. De a poco, comienza a perder la paciencia. Su cabeza se ladea, la respiración se agita y, como si fuese una profecía autocumplida, aparecen los gritos. Acto seguido aparece la otra cara de la misma moneda, una madre tranquila y que lleva a su hijo a la ducha, sin perder el control ni tampoco su autoridad. ¿Cómo dejar de ser una ‘mamá gritona’? Con esta pregunta en mente, Macarena entregó algunos consejos en la descripción del video. Un hecho que sus seguidoras agradecieron porque, en tiempos donde todo está revuelto, la maternidad y crianza se han vuelto un terreno cada vez más difícil de habitar. “Con 9 años por acá, hay que repetir mínimo 5 veces. Y eso cansa tanto. Es como si no escuchara”, le escribió una de las usuarias.

Y es que perder la paciencia con los niños y niñas -en momentos complejos, donde apenas nos podemos sostener a nosotras mismas- puede ser bastante común, sobretodo en pandemia donde se mezclan nuestros roles públicos y privados. Pero, ¿por qué se producen estas reacciones? Una de las explicaciones tiene que ver con el burnout parental, fenómeno que se caracteriza por un agotamiento intenso asociado a las labores de paternidad. Si bien en Chile las cifras no están actualizadas, un estudio en Bélgica -donde se consultó a 1.300 padres- reveló que un tercio sufrió un empeoramiento del burnout en cuarentena, además de expresar sentirse más exhaustos de los habitual.

“Sabemos que, en la crisis sanitaria, ha aumentado el burnout o agotamiento parental y que los padres y madres están en una situación de mayor fragilidad, entonces hay un mayor riesgo de que las competencias parentales disminuyan por la sobrecarga de tareas”, explica María Pía Santelices, psicóloga y académica de la Universidad Católica, y agrega: “Como consecuencia, se produce una pérdida del goce de estar con los hijos, se evita estar con ellos y se buscan pretextos para no hacerse cargo porque se pierde la capacidad de vínculo. Eso es grave. Es como que si fuera un trabajo difícil y tedioso del que no te puedes liberar”.

En el burnout parental, además, existe una brecha de género. Así lo explica el estudio Burnout parental en Chile y género: un modelo para comprender el burnout en madres chilenas, publicado en 2020 por la Revista de Psicología de la Universidad de ChileDe acuerdo al sondeo, las madres presentan un desgaste parental significativamente mayor que los padres. Un hecho que se explica por su rol en las labores de cuidado. “Aun cuando las investigaciones en países europeos apuntan a que los padres se están involucrando cada vez más en la crianza, todavía son las mujeres las que están principalmente a cargo de los cuidados de los hijos, aumentando con ello su desgaste parental, en especial en sociedades con roles de género tradicionales como la chilena”, señala la investigación.

Según la psicóloga y académica de la Universidad Adolfo Ibáñez, Josefina Escobar, este burnout parental es uno de los factores que permiten explicar los desbordes emocionales de la maternidad pandémica. “Cuando uno está cansado es más fácil desregularse y no tener recursos para hacer frente a las situaciones estresantes de la crianza, que pueden ser peleas con los hermanos o no querer comer. Como adultos, con el agotamiento, podemos perder esa capacidad de autocontrol que la podemos tener perfectamente en otros contextos, pero en uno donde estamos demandados, es más difícil cumplir” analiza y agrega: “También depende de la situación de cada mamá, porque hay que pensar que nosotras somos mujeres y tenemos una vida más allá de nuestro rol. Entonces muchas veces esa desregulación tiene que ver con temas propios, que nos están pasando en nuestra historia. Una mamá exigida en lo laboral, que no tiene espacio para ella misma o que está muy dedicada a la crianza es más fácil que se desborde. En la idea de buscar una maternidad perfecta nos postergamos mucho en nuestra individualidad y eso pasa la cuenta”.

Fuente: Revista Paula